Arda en llamas el corazón que de apatía
herido está, y consiga vuestra
alteza
(con esa voz que bella hizo Naturaleza)
una dicha eterna a mi
penosa melodía.
Adelante, dame amor y una copla hermosa
hoy cante que al mismo cielo
eleve...
¡qué pecado dejar marchitar esta rosa
que poco dura y vida tenga tan breve!
Mas si no canta, ¿y mañana qué? ¿Qué
cosa
ha de pasarme si por mi cabeza llueve
y de lágrimas tristes mi cara rebosa?
¡Entonces acabaré donde el corazón
me lleve!
Jose María Rey - L'Hospitalet de Llobregat - Barcelona (España)